Tal como te había anticipado en la primera parte de este Post, en esta segunda entrega, te hablaré sobre el modo de tratar la Armonía, en función de la estructura de tu música.
Este concepto te servirá tanto para componer géneros de características formales simples (ya sean populares o clásicos), como para trabajar sobre obras de proporciones y magnitudes mayores.
De hecho, es en este tipo de obras (de grandes dimensiones), en donde te serán de mayor provecho, ya que se transformará en el recurso indispensable para lograr que tu discurso musical, sea sólido y coherente en su totalidad.

Recordando conceptos principales
Diferencias entre sucesión y progresión armónica
En la primera entrega de este post, te hablé sobre los conceptos de sucesión y progresión armónica, y las diferencias que existían entre ellas.
Vamos a repasarlas rápidamente, de todos modos:
La principal diferencia radica en su objetivo. Es decir, que función tendrá cada una.
En una sucesión, los acordes pueden ser enlazados unos con otros, sin perseguir una finalidad u objetivo claro, salvo los que sean destinados a pasajes musicales de tintes coloristas o descriptivos (ver ejemplo).
En cambio, una progresión armónica, tiene asignada una tarea específica, bajo un orden o estructura predefinidos.
Su éxito dependerá de la continuidad de la aplicación de los elementos que la componen.
Es decir, una progresión puede tener la finalidad de establecer una totalidad en concreto, o bien, de lo contrario, de desestabilizarla.
Los elementos y recursos para cada fin, son diferentes.
La relación de acordes que utilizarás para establecer una tonalidad, será más “concreta”, ya que los mismos girarán en torno a una tónica, es decir, a una especie de eje o centro de gravedad.
En cambio, para desestabilizar o “desdibujar” (armónicamente), este eje o centro de gravedad, los acordes (y la relación entre ellos), obrarán de modo que esa tónica pierda “fuerza”.
El recurso utilizado para este objetivo, es la Modulación (cuyo significado explicaré más adelante).
Funciones estructurales de las progresiones
A su vez, la función que cumpla cada progresión, estará relacionada directamente con un proceso formal concreto.
Establecer
La función de establecer o afirmar la tonalidad principal, se da por lo general, en secciones de presentación o recapitulación.
Esto se puede plasmar con una simple interacción de dominante-tónica (V - I), o bien a través del recurso más utilizado para tal fin, la cadencia.
La cadencia aporta una definición más amplia, no solo porque se sustente en relaciones de acordes concretos, propios de la tonalidad que se quiera consolidar, sino también porque obra como medio de articulación, por sus características conclusivas.
Desestabilizar
Por el contrario, la función de desestabilizar una tonalidad, se da en secciones modulantes, de desarrollo o elaboración, de transición o de contraste.
Como antes he comentado, el recurso más utilizado es la técnica de la Modulación.
Esta representa el aspecto dinámico de la tonalidad, ya que su función es la de cambiar un centro tonal, por otro.
Este proceso, se articula en tres puntos: la tonalidad de partida, el proceso hacia la nueva tonalidad, y por último, el pasaje cadencial que establezca la nueva tonalidad.
Se puede dar el caso de encontrar un encadenamiento de acordes que cumplan la función de “inestabilidad” armónica, pero que no tengan como meta, marcar el camino hacia una nueva tonalidad. Es decir, que no podrán establecer la nueva tonalidad.
Esta es su principal diferencia con la modulación. Schoenberg define a esta sucesión, como “acordes errantes”.
A modo de síntesis, lo que te indican todos estos conceptos, es que puedes plantearte la estructura global de tu obra, a partir de la construcción de secciones (o estructuras de menor tamaño), partiendo del diseño de progresiones armónicas.
Aplicaciones prácticas
El origen: la escala musical
Siempre dentro del marco de la música tonal, el punto de partida para construir las progresiones armónicas que destines a definir la tonalidad principal de tu pieza u obra, será la escala que decidas utilizar (sobre la que estará construida, además, la melodía o tema principal de tu obra).
Recordemos que existe una gran variedad de tipos de escalas musicales. Mayores, menores, modales, pentatónicas, etc.
Cada escala posee unos rasgos característicos que determinan a su vez, los rasgos propios de la música compuesta con ella (existen varios ejemplos de géneros musicales que se caracterizan por el uso de un determinado tipo de escala).
Tomemos como ejemplo la escala de Do Mayor (escala natural).
Como bien sabes, las escalas se compone de 7 notas. La forma en que estas están dispuestas (relaciones interválicas), determinan las características principales de dicha tonalidad (si es Mayor, menor, etc.).
La formación de acordes (catalogados como “perfectos”), se basa en la superposición de notas, a distancia de terceras.

De los 7 acordes resultantes, los más “influyentes” a la hora de establecer una tonalidad son: I (tónica), IV (subdominante) y V (dominante).
Es en esta trilogía de acordes, donde se origina el juego de “tensión - distensión” tan decisivo, tanto para la afirmación de una tonalidad, como para la desestabilización de ella.
Es en esa continuidad, dominante-tónica, en donde se da el giro armónico que determina una tonalidad en concreto (la subdominante, refuerza el contraste que genera la dominante).
De todos modos, no es el único factor a tener en cuenta a la hora de garantizar la efectividad en el establecimiento de una tonalidad.
El hecho de que existan acordes comunes entre las tonalidades de los acordes implicados (T, SD y D), obliga a pensar cuidadosamente el encadenamiento de acordes.
En la siguiente imagen, verás cuales son esos acordes comunes:

La forma en que los combines, puede que no sea suficiente para establecer una tonalidad.
Es decir, al ser “neutros” estos acordes, con un simple “giro”, puedes establecer cualquiera de las tres tonalidades.
Es verdad que para el caso de las tonalidades de Fa M y Sol M, deberás alterar accidentalmente (puntualmente) ciertas notas para tal fin, ya que de otro modo, estarías dentro del campo armónico de Do M.
Pero si a un encadenamiento de estos acordes comunes, no le sucede una “dominante”, la tonalidad no quedaría clara.
Por el contrario, si lo que te interesa es construir una progresión que tenga como objetivo desestabilizar la tonalidad principal, deberás recurrir a la Modulación, como antes he mencionado.
Aquí puedes plantearte a priori, las tonalidades que querrás ir “presentando”, a lo largo de todo el proceso modulante.
De esta forma, sabrás que encadenamiento de acordes tendrás que ir construyendo para que funcionen de manera cadencial y que cumplan con el establecimiento de la nueva tonalidad.
Teniendo en cuenta que el total del proceso modulante, estará ligado al tamaño de la sección para la cual vaya destinado, el mismo se irá construyendo, yuxtaponiendo segmentos armónicos propios (cada uno con su cadencia), de las tonalidades a las cuales modulen.
El siguiente es un ejemplo de un proceso de modulación:

Nota: no se han tenido en cuenta las reglas escolásticas de conducción de las voces. Es por ello que pueden existir movimientos paralelos no permitidos (como 8vas o 5tas).
Construyendo a partir de las progresiones
Existe una gran variedad de formas musicales. Cada una de ellas tiene unas características específicas.
Desde las estructuras o segmentos más pequeños, como el motivo, la frase, el período, la coda (y codettas), las cadencias, hasta las introducciones, las secciones centrales de contraste, de elaboración y desarrollo, las transiciones, las secuencias, etc.
Como antes he comentado, puedes iniciar la construcción de estas formas musicales, a partir del diseño de progresiones armónicas consecuentes a las funciones de cada una de estas estructuras.
Tanto en la música popular, como en la música clásica, encontrarás formas musicales articuladas, en dos o tres secciones.
En la música clásica, tendrás las formas ternarias simples (como minuetos, scherzos) y otras formas algo más complejas, estructuradas en tres grandes divisiones (como las sonatas, sinfonías, etc.).
Es evidente que el tratamiento de todas las variables y las posibilidades existentes, son imposibles de ser tratadas en el marco de un Post.
Ello requiere un tratamiento más extenso, profundo y detallado.
Son muchos los conceptos que han de asimilarse, y también muchos son los elementos que entran en juego.
Esto te servirá de introducción a estas técnicas.
La idea es de sumar conocimientos básicos sobre el tema, y que estos te impulsen a profundizar, para luego llevarlo a la práctica en tus composiciones.
Dicho esto, a continuación te presento algunos ejemplos de formas de construcción armónica, en estos casos, de un Período (sobre una estructura estándar, de 8 compases):



Debes tener en cuenta que cuanto más variedad armónica tenga este período, más riqueza aportará a la melodía a la cual sustente.
Nota: a pesar de existen segmentos más pequeños (como el motivo, las semifrases o frases), he considerado como mejor ejemplo al Período, ya que este comprende una estructura con un sentido melódico, armónico y formal, concretos.
Y porque además desde este, se origina la construcción de unidades formales mayores.
Es decir, la construcción de unidades formales mayores (de contraste, de elaboración, de transición, etc.), partirá de la sucesión constante de diferentes tipos de Períodos.
Cada uno de ellos, tendrá a su vez, progresiones armónicas específicas en función del tipo de estructura que vayan conformando.
A modo de conclusión, y como habrás podido comprobar, estos conceptos requieren un trabajo de asimilación más profundo, antes de aplicarlo en creaciones de grandes dimensiones.
Además, es necesario acompañarlo con el análisis de las obras de los compositores referentes de la historia, en el caso de la música clásica.
De todos modos, puedes lanzarte a la práctica, partiendo de la creación de pequeñas progresiones armónicas, pensando en la construcción de (también) pequeñas estructuras musicales.
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¡Gracias y hasta pronto!
Execelente…!!! ya estoy utilizando esta informacion , por lo pronto en una melodia en su introduccion… Gracias por compartirla
¡Hola Antonio!
Me alegra que el contenido te haya gustado y sobretodo, que sea de utilidad para ti!. Ese es el objetivo, así que genial si lo hemos cumplido contigo.
Muchas gracias por visitar el blog y por dedicar un tiempo a comentar!.
Un cordial saludo.
Esto es buenísimo, para mi composición, gracias
Hola Ruth.
Gracias a ti por tu comentario y me alegra que te haya gustado el artículo!.
Un cordial saludo.