
En este primer post, te hablaré sobre 9 hábitos que considero saludables e indispensables para establecer una rutina de trabajo constante y eficaz, a la hora de componer.
Me tomaré la licencia de asumir que tus composiciones son tu mayor objetivo, y por tanto considero que debes accionar de forma consecuente a dicho objetivo.
La calidad de tus creaciones está en juego, y doy por hecho que no permitirás que nada (ni nadie…ni tu mismo…) disminuya esa calidad que persigues al crear.
Por tal motivo, es necesario adaptar el cerebro a rutinas que te ayuden a fortalecer tu proceso creativo, en post de obtener los mejores resultados posibles con tus composiciones.
Probablemente, tengas ya adquiridos algunos puntos de esta lista, y en tal caso, lo celebro!. Pero de no ser así, te invito a meditar un momento sobre cada uno de los siguientes puntos:
Disponer de un espacio cómodo y confortable

Puede parecer un tema obvio y “básico”, pero te aseguro que en la mayoría de los casos, suele pasarse por alto y se lo relega a “lo último a mejorar”. Particularmente, lo considero un punto fundamental.
Disponer de un espacio en el que te sientas realmente cómodo y a gusto mientras trabajas, y que no te genere ningún tipo de molestias, cansancio, estorbo, a medio o largo plazo, tendrá un impacto muy positivo en tu trabajo.
Personalmente, creo más en el trabajo constante que en eso de esperar que llegue “la inspiración” (estoy convencido que te “inspiras”, en el más puro sentido de la palabra, mientras llevas a tu cerebro a un estado de trabajo continuo).
Por lo tanto, asumimos que dedicaremos un tiempo prolongado (horas) a nuestro proceso creativo y es por ello que considero muy importante disponer de un sitio adecuado para tal fin.
Evitar al máximo las interrupciones y distracciones (Respeta tu trabajo y pide respeto por el)

Casi en línea con el punto anterior, es igual de importante que nuestro trabajo no se vea interrumpido por ningún motivo.
Las interrupciones no solo surgen externamente. Muchas de ellas, las provocamos nosotros mismos de forma inconsciente.
La creación demanda un trabajo concienzudo y concentrado. Es cuando mejores resultados se obtienen (y entiéndase como “mejor resultado” a aquel que más se acerque a los objetivos previos que nos planteamos).
Es por ello que evitemos cualquier tipo de distracción, ya sea por cuestiones relacionadas al punto anterior (una silla incómoda, o un espacio desordenado), o interrupciones más habituales de hoy en día, como por ejemplo con los dispositivos electrónicos: teléfonos, tablets, etc., como así también, las redes sociales.
Respecto a las interrupciones externas, es cierto que algunas no se pueden prever (emergencias o imprevistos). Pero sí existen interrupciones externas que en el fondo están en nuestras manos evitarlas, y me refiero a las que se producen por otras personas (familiares, parejas e hijos, etc).
El respeto que nuestros seres queridos tengan sobre nuestro trabajo, se fundará en gran medida, en el respeto que nosotros mismos tengamos sobre el mismo.
Es importante por lo tanto, dejar bien claro que las horas destinadas a trabajar, son para eso, trabajar. Y cualquier otro tipo de actividad no urgente, puede planificarse sin inconvenientes, en un horario diferente.
Determinar horarios (fijos) para componer

En continuación con el punto anterior, establecer horarios de trabajo fijos, te ayudará no solo a generar ese respeto que comentábamos anteriormente, sino también a organizar tu trabajo para ser lo más productivo posible.
Es sabido que, desde muy tempranas edades, el cerebro responde de una manera mucho más positiva y productiva a rutinas horarias previamente establecidas. Se predispone, casi inconscientemente, a repetir las tareas “habituales” con más fluidez.
Con esto obtendremos continuidad en el desarrollo de nuestras ideas, las cuales llegarán a tener (muy probablemente) un alto grado de coherencia (siempre hablando dentro de la elaboración misma de una idea y su consecuente progreso).
Realizar calendarios semanales, y hasta mensuales, dependiendo de la envergadura de la pieza u obra en la que estés trabajando, es sin duda alguna, una tarea que sería muy conveniente que hicieras, ya que lograrás optimizar tu tiempo de una manera notable.
Componer diariamente!

También está vinculado al punto anterior. Dedicar cada día un espacio de tiempo a tus creaciones, es primordial.
Es verdad que en ocasiones, debido a nuestras actividades y obligaciones, esto se torna una tarea difícil. Pero debemos intentar por todos los medios, destinar todos los días, aunque solo sea una hora, al trabajo en nuestras creaciones.
Una hora es lo mínimo (personalmente así lo creo) que es aconsejable dedicar a componer. Si trabajamos menos que eso, considero que no hay tiempo suficiente para lograr la concentración adecuada que requiere el proceso creativo (a no ser que solo sea para ultimar pequeños detalles).
Diseñar una guía de trabajo previa para cada pieza u obra.

Otros de los hábitos que aporta orden y facilita en gran medida el abordaje de una nueva composición, es el de realizar un planteo previo de los “objetivos” que buscas con cada nuevo trabajo.
Realizar la tarea de plasmar las “intenciones” que tienes con cada obra o pieza musical que desees componer, te forzará a determinar o definir, y también desarrollar con mayor claridad cada idea.
Percibirás además que, la tarea de evolucionar cada idea será más fluida, y en consecuencia, la optimización de tu tiempo, será mayor.
Puedes por ejemplo, comenzar por definir sobre que genero trabajarás (si no lo tuvieras claro previamente) o sobre que instrumentación utilizarás. Todo dependerá del fin que tenga esa composición, ya que eso marcará, en cierta medida, las características que pueda tener dicha guía.
Con esto me refiero a la cuestión de la finalidad de dicha música. Si será compuesta para ser oída, de fondo o como acompañamiento, como puede ser el caso de la música funcional. O bien tratarse de una música compuesta para ser escuchada (entiéndase el término “escuchada”, como una acción de “escuchar activamente y perceptivamente”).
Si ya tuvieras una melodía en tu mente, puedes intentar imaginarte para que instrumento será destinada; la forma en que podrías presentarla; sobre que acompañamiento; que “tempo” sería el ideal de esa melodía; que variaciones podrías aplicar a esa idea melódica, etc.
Estas son solo algunas de las posibilidades de muchas que pueden existir. Solo tu imaginación pondrá los límites.
Respetar y dar el tiempo a cada idea

A menudo nos vemos atrapados en la tentación de “poner atención” a una idea que se nos acaba de ocurrir, mientras trabajábamos en otra.
Es muy común y habitual esto. Y comprensible también, ya que como comenté cuando hablaba sobre la “inspiración”, al estar enfocado y concentrado en el trabajo sobre una idea en concreto, estamos estimulando el plano imaginativo, por lo que la aparición de “nuevas ideas” (ya sean melódicas, rítmicas o amónicas) será normal.
Lo que si creo importante cuando esto sucede, es respetar la idea original e intentar seguir trabajando en ella. Eso si, no sin antes registrar (con cualquier medio) esa idea “nueva” para trabajarla en un futuro, ya que nunca sabemos a donde nos puede llevar!.
Cada idea merece su tiempo de trabajo y de meditación. Por eso es recomendable también, en ciertos casos (sobre todo cuando nos encontramos en los famosos “callejones” que pueden regalarnos ciertas ideas), es tomar una distancia de tiempo (prudente), para retomarla con energía y predisposición renovadas.
Priorizar lo simple a lo complejo al comenzar

Como sucede en cualquier proceso de aprendizaje, el progreso y evolución está marcado por un trabajo constante, desde lo básico a lo más avanzado. No es diferente a la hora de componer.
Y a pesar de que en muchas ocasiones, en nuestra mente se forjen ideas complejas (musicalmente hablando) es aconsejable trabajar con la mayor simplicidad, al principio.
De manera que vayamos creando una base sólida en donde puedan sustentarse con mayor claridad y coherencia, nuestras elaboraciones más complejas.
Tanto como si tu idea parte de una melodía, de una secuencia armónica, o bien de un ritmo concreto, es aconsejable analizar dicha idea e intentar “desmenuzarla” de tal manera que logres llegar a sus características básicas.
Esto te permitirá tener plena conciencia de la totalidad de los rasgos del material, lo que te ayudará en gran medida, a la hora de desarrollarlo y/o elaborarlo.
Practica la “escucha activa”

Anteriormente comentaba el término “escucha activa”. Está técnica no solo tiene como objetivo tu desarrollo auditivo, sino también el expandir tu conciencia auditiva.
Este término lo utilizo para referirme a la escucha y al casi automático y consecuente “análisis”. Desde lo más perceptible, hasta lo menos “audible”, de manera que vayamos formando una apreciación total de la pieza u obra que se esté escuchando.
Como habrás supuesto, no es una tarea a realizar previo a componer, como las anteriores. Pero si considero indispensable sumarla como hábito para fortalecer tus aptitudes creativas.
Casi de forma inconsciente, irás adquiriendo una inmensa cantidad de recursos que quedarán almacenados en tu memoria auditiva, y que luego, junto a tu instinto, los irás aplicando en nuevas ideas.
Como sugerencia, puedes hacer el siguiente ejercicio:
Elige una canción (de cualquier género de música popular o clásica), una pieza instrumental, o si lo prefieres, una obra orquestal.
Nota: Elige solo un fragmento o una sección de la obra, en el caso de que hayas optado por una obra orquestal de gran envergadura.
Haz una primera escucha de forma global, sin dedicarle atención a ningún elemento en concreto.
En una segunda escucha, céntrate en la línea melódica. En sus giros melódicos característicos y en su rítmica.
Si es instrumental, intenta determinar que instrumento es el encargado de presentarla.
La siguiente vez que la escuches, presta atención a los instrumentos que van interviniendo en cada pasaje. Apunta todo lo que creas conveniente.
A continuación, haz una nueva escucha y esta vez, focaliza tu atención en el plano armónico.
Intenta descifrar la tonalidad principal y las progresiones que se presentan. Ayúdate con el instrumento, de ser necesario.
Deja pasar un día, para volver a escuchar nuevamente la pieza u obra.
Pero antes de hacerlo, tómate unos minutos en “recordar” mentalmente, toda la música (la melodía, los instrumentos que intervienen, los pasajes, etc.).
Al cabo de un tiempo, notarás una gran evolución de tu memoria auditiva y eso, como comenté anteriormente, te dotará de valiosos recursos en tus procesos creativos.
No dejar de adquirir conocimientos

Por último, no debemos olvidar la costumbre de continuar sumando conocimientos.
Considero crucial para la evolución de nuestras aptitudes, actualizarnos y reciclarnos de manera constante.
Asumir nuevos enfoques sobre la música en general y/o también, sobre la composición, enriquecerá de manera inobjetable, nuestra base y preparación.
Por otro lado, debemos también asimilar las nuevas tendencias. Adaptarnos al avance tecnológico y ser conscientes de su incidencia sobre la música en general, es una tarea que no podemos ni debemos obviar.
Sin entrar en detalle de la inmensa cantidad de recursos que nos aportará esto último, pienso que es un acto consecuente a la vida contemporánea, que como músicos y compositores, nos toca vivir.
Pues ya sabes, desde hoy mismo puedes introducir estos hábitos en tu día a día, y si algunos ya los tenía adquiridos, incorpora el resto!.
Lograrás fortalecer tu trabajo como compositor!
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Nos encontramos en el siguiente post!.
Es útil.
Hola , primeramente gracias por compartir tus conocimientos.
Muy importante está información ya que es la solución a muchos problemas que aveces tenemos al componer , los pondré en práctica!!
Hola Paula!
Gracias por visitar el Blog y por comentar!.
Me alegra saber que te parezca útil la información y que las pondrás en práctica!. Así es, por lo general, no solemos tomar consciencia del impacto que tienen estos simples detalles, en el proceso creativo.
Un cordial saludo y gracias nuevamente por tu comentario!.
Martín Ledesma
FABULOSO
Genial que así te haya parecido, Josep!.
Nuevamente, gracias por dedicar parte de tu tiempo a comentar!.
Un cordial saludo.