El estudio de la Armonía es un pilar imprescindible a la hora de abordar la Composición Musical, al igual que sucede con el Contrapunto y también con el estudio de las formas musicales.
Pero como nos indica Arnold Schoenberg, la Armonía es “el estudio preliminar de la Composición”, y por tanto, adquiere a priori, una posición más relevante.
Esta materia enseña el óptimo tratamiento de los sonidos, de forma simultánea, y la manera en que los acordes resultantes, van relacionándose entre si, con el objetivo de crear un complejo armónico (sucesión de esos acordes) coherente y equilibrado.
Un poco de historia
A lo largo de la historia, el estudio de esta materia, se ha cimentado sobre la correcta conducción de las voces, limitada por medio de reglas y normas estrictas.
En concordancia con los cambios que ha sufrido la música, desde los inicios del siglo pasado, el estudio de la Armonía, paso a centrar su objetivo en lograr eficaces sucesiones armónicas, partiendo de óptimas relaciones entre los acordes que las componen.
Dicho esto, la importancia de la Armonía dentro de la Composición, se basa en, nuevamente, la eficacia con la que se desarrollan dos puntos fundamentales al componer música (tonal):
- Una sucesión armónica que consolide la tonalidad principal.
- Una sucesión armónica que consolide la desestabilización de dicha tonalidad principal, a partir de la Modulación (es decir, la “mudanza” hacia otra tonalidad).
Por tanto, mi mayor esfuerzo se centrará en facilitarte contenidos que se basen en esa premisa: la eficacia.